2009/03/11

01. MODERNO


La imagen muestra un folleto publicitario de 1928 de mobiliario de Marcel Breuer.

Con frecuencia he pensado que en el desarrollo de toda ciencia constituida y ya bastante alejada de sus orígenes, podía ser en ocasiones útil, y casi siempre interesante, interpelar a un mortal entre los mortales, invocar a un hombre suficientemente profano en esta ciencia, y preguntarle si tienes alguna idea del objeto, de los medios, de los resultados, de las aplicaciones posibles de una disciplina, de la que admito que conoce el nombre. Lo que respondería no tendría por lo general ninguna importancia, pero garantizo que esas preguntas dirigidas a un individuo que sólo cuenta con su simplicidad y su buena fe, se reflejarían de algún modo en su ingenuidad y volvería a los sabios hombres que le preguntan para reavivar en ellos ciertas dificultades elementales o ciertas convenciones iniciales, de aquellas que se olvidan, y que se borran con tanta facilidad del espíritu cuando se avanza en las delicadezas y en la fina estructura de una investigación apasionante perseguida e intensificada.


Valery, Paul, Teoría poética y estética, Gallimard, París, 1957. Edición española: Teoría poética y estética, La Balsa de la Medusa, Visor, Madrid, 1998, p. 43



“…porque creo que el Movimiento Moderno nunca se cerró o se estabilizó. Al revés, ha tenido una evolución continua, y aunque existen sus momentos de aparente ruptura, se ve que, al final, hay una continuidad en su evolución, y que nunca dejó de haberla. Si se quiere comprobar en un ejemplo inmediato, y hablando de un arquitecto moderno famoso,  se puede citar la obra de Le Corbusier. Hasta el punto que cuando apareció la capilla de Ronchamp hubo en torno a ella una estupefacción, porque no era de esperar; no era de esperar,…”


Alvaro Siza, ARQUITECTURA COAM 353, P.22, 3T2008



“…, el arte evoluciona con cierta autonomía respecto de las vicisitudes sociales, esto es, no hay correlación entre las inflexiones de los mitos y valores dominantes en una sociedad y las del arte. El clasicismo abarcó un arco temporal de más de trescientos años, período en el que la sociedad experimentó cambios que, de ser cierta la teoría que defiende el determinismo social del arte, habrían provocado la emergencia de diversos sistemas de concepción alternativos al clasicista. Un sistema artístico llega al ocaso con la emergencia de otro que supone su superación estética. No hay que confundir la vigencia estética, que es estrictamente histórica, con los avatares del gusto a que la dinámica social da lugar periódicamente”

...

“Hoy se puede ser moderno como un acto de asunción de la historia, como una consecuencia del sentido común, sin sentido heroico ni autocomplacencia revolucionaria”. 


Helio Piñón. Ideas y Formas. Edicións UPC. Barcelona, 2007. p.21-22



Le Corbusier, Cinco Puntos para una nueva arquitectura, 1926

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