2009/05/27
07. Principios de la producción de la Bauhaus (Dessau) (extracto)
En septiembre de 1922, Feininger escribe desde Weimar: «¿Por qué y cómo se explica la sumisi6n voluntaria a la tiranía de van Doesburg y la total rebeldía contra todas las medidas procedentes de la Bauhaus?», y se refiere con ello a los efectos del «curso de competencia» organizado por van Doesburg en Weimar. «Si Doesburg fuera maestro en la Bauhaus, seria más útil al conjunto... » La fascinación de las ideas del grupo De Stijl no se apodera solo de los estudiantes sino que también influye a los maestros de la Bauhaus. Ya en 1923, Feininger observa (carta del 5 de octubre) como se va modificando la postura de Gro¬pius con respecto a la artesanía y a la forma in¬dustrial. En 1925, con el traslado a Dessau, se completa este proceso.
La Bauhaus quiere estar al servicio del desarrollo actual del alojamiento desde los simples utensilios domésticos hasta la vivienda acabada.
Convencidos de que los utensilios y accesorios domésticos deben estar relacionados de una manera racional, la Bauhaus trata de descubrir mediante una investigación sistemática teórica y practica —en el campo formal, técnico y económico— la forma de cada objeto a partir de sus funciones y condicionamientos naturales.
El hombre moderno, que lleva ropas modernas y no históricas, también necesita un hogar moderno adecuado a él y a su época, equipado con todos los objetos de uso cotidiano correspondientes al momento presente.
Un objeto viene determinado por su esencia. Para realizarlo de modo que funcione correctamente —un recipiente, una silla, una casa— primero se debe estu¬diar su esencia; puesto que debe cumplir plenamente su cometido, es decir, debe realizar útilmente sus fun¬ciones, debe ser duradero, barato y «bonito». Este es¬tudio de la esencia del objeto hace que una rigurosa consideración de todos los métodos de producción, construcciones y materiales tenga como resultado unas formas que, al apartarse de la tradición, a menudo parezcan extrañas y sorprendentes (considérese, por ejemplo, el cambio de forma de la calefacción y la ilu¬minación).
Sólo gracias a un contacto constante con la técnica en progreso, con el descubrimiento de nuevos materia¬les y nuevas construcciones, el individuo creador pue¬de adquirir la capacidad de establecer una relación viva entre los objetos y la tradición y desarrollar así el nuevo espíritu de trabajo:
Decidida aceptación del mundo circundante de las máquinas y los automóviles.
Creación orgánica de los objetos a partir de sus propias leyes en relación con el presente, sin embelle-cimientos y accesorios románticos.
Limitación a formas y colores básicos, típicos y com¬prensibles para todos.
Simplicidad en la multiplicidad, utilización sobria del espacio, el material, el tiempo y el dinero.
La creación de tipos estándar para los objetos úti¬les de uso cotidiano es una necesidad social.
Las condiciones de vida de la mayoría de los hom¬bres son iguales en lo esencial. Casa y utensilios do¬mésticos son objeto de la demanda de las masas, su realización es más una cuestión de razón que de pa¬sión. La máquina, capaz de producir productos estan¬darizados, es un medio eficaz para liberar al individuo de su propio trabajo material mediante la fuerza me canica —vapor y electricidad— y satisfacer así sus necesidades vitales y crear para él múltiples objetos más baratos y mejores que si estuvieran hechos a mano. No es de temer una coacción del individuo por parte de la estandarización...
Los talleres de la Bauhaus son esencialmente labo¬ratorios, en los que se estudian y perfeccionan conti-nuamente los prototipos adecuados para la producción en masa y típicos de nuestro tiempo.
En estos laboratorios, la Bauhaus quiere formar un tipo de colaborador, hasta ahora inexistente, para la artesanía y la industria, que domine en la misma medida la técnica y la forma.
Lograr el objetivo de crear prototipos estándar que satisfagan todos los requisitos económicos, técni¬cos y formales, exige la selección de los mejores cere¬bros con una amplia formación, que hayan adquirido una educación práctica fundamental así como un co¬nocimiento exacto de los elementos formales y mecáni¬cos de producción y sus leyes de funcionamiento.
La Bauhaus sustenta la opinión de que el contras¬te entre industria y artesanía se caracteriza menos por la diferencia de los instrumentos de trabajo que por la división del trabajo en la primera y la unidad del mismo en la segunda. Pero la artesanía y la indus¬tria están concebidas en constante contacto. La arte¬sanía del pasado ha evolucionado, la artesanía del fu¬turo será absorbida en una nueva unidad de trabajo, en la que realizará el trabajo de investigación nece¬sario para la producción industrial. Los estudios es¬peculativos realizados en talleres-laboratorio crearán modelos —tipos— que serán realizados productivamen¬te en las fábricas.
Los modelos definitivos elaborados en los talleres de la Bauhaus son reproducidos por empresas ajenas a ésta, con las que los talleres están en estrecha re¬lación.
Por tanto, la producción de la Bauhaus no repre¬senta una competencia para la industria y la artesanía, sino que por el contrario constituye un nuevo factor de desarrollo para éstas...
Los productos realizados en gran cantidad según modelos de la Bauhaus deben resultar rentables gra¬cias a la utilización de todos los modernos medios eco¬nómicos de la estandarización (producción en serie por la industria) y a su gran consumo. El peligro de una disminución de la calidad de material y realiza¬ción de los productos respecto a los modelos debido a su reproducción mecánica, debe evitarse por todos los medios. La Bauhaus lucha contra los sucedáneos, el trabajo de calidad inferior y el diletantismo artesanal, en favor de un nuevo trabajo de calidad.
Walter Gropius, 1926
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