2009/04/08

16 Juego de Ajedrez‏


Juego de Ajedrez. Josef Hartwig. (1923)

El objeto que hemos escogido es el juego de ajedrez. Este ajedrez fue diseñado en 1923 basándose en los principios de la Bauhaus, forma y función. Ello explica que el caballo sea una L o los alfiles una X. Las piezas se encuentran fabricadas en madera de arce. A simple vista sus formas geométricas parecen sencillas pero nos traen una sorpresa, todas ellas imitan en su diseño los movimientos que estas pueden realizar en el tablero. Una buena idea para quienes no saben del todo las reglas del juego y confunden los movimientos.
La Bauhaus, escuela de arquitectura, diseño e industria, tenía como uno de sus principales objetivos el acercamiento del arte a la sociedad, incorporando la industrialización como una fase del nuevo proceso de generación y fabricación de los bienes que la sociedad demandaba.
Se planteó el diseño de cualquier elemento de uso como merecedor de una atención particular, atendiendo siempre a la función a la que se destinaba, para poder ser a la vez objeto artístico y producto industrial.
En este ajedrez se ven rasgos muy característicos de la Bauhaus, pertenece a la primera etapa (1919-1923), como la recuperación de los métodos artesanales en la actividad constructiva, elevar la potencia artesana al mismo nivel que las Bellas Artes e intentar comercializar los productos que, integrados en la producción industrial, se convertirían en objetos de consumo asequibles para el gran público.
Parece pues ineludible el planteamiento de traducir el movimiento en forma. Este fue el punto del que partió Josef Hartwig para crear en 1923 las piezas del ajedrez que nos ocupa, lo cual se deduce del análisis de su diseño. Formalmente, parten del cubo, el poliedro más simétrico y estable, el cual contiene las dos direcciones principales que incluye el tablero. Sería como la transposición del escaque, definido en el plano por un cuadrado a la tridimensionalidad del espacio. Modificaciones que parten de este volumen inicial van concretando las piezas cuya particularidad consiste en reflejar el modo de desplazarse de cada una de ellas.
Únicamente existen 6 elementos diferentes que se repiten hasta completar un total de 32, ordenados en dos grupos que se diferencian por el color, ubicados simétricamente según el eje horizontal del tablero, enfrentándose mutuamente.
Se aprecia claramente la relación directa entre la forma y la función, por ello nos parece natural que un jugador cuando realiza ese acto de pensar, decidir una jugada en la que le va la partida, lo que “ve” son las piezas de La Bauhaus.
Cuando alguien es capaz de sintetizar de esta manera, nos provee de símbolos cuyo significado teníamos en nuestro pensamiento pero no poseían una forma. Les da materialidad, nos provee de una nueva realidad. Posteriormente podremos variar esas formas e incluso distorsionarlas, modificarlas e inventar otras nuevas, pero a partir o contando con estas.

2 comentarios:

  1. yo quiero uno, los venden?... gironusac@hotmail.com

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  2. en serio, me gusto mucho, me llamo David y soy de Guatemala... gironusac@hotmail.com

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