Obra del arquitecto alemán Walter Gropius que, después de la guerra, sucede Henry Van de Velde en la Dirección de Escuela de Artes Aplicadas de Weimar. Es el fundador de la Bauhaus y su director de 1919 a 1928. Fue una figura clave en la renovación arquitectónica del siglo XX. Sus propuestas y declaraciones de intenciones participaban de la idea de una necesaria reforma de las enseñanzas artísticas como base para una consiguiente transformación de la sociedad de la época, de acuerdo con la ideología socialista y moderna. Según W. Gropius, los conceptos base de la escuela son los de entrenar a los estudiantes para que pudieran controlar esta época de “las maquinas”. Además la construcción de esta escuela era una actividad social importante, simbólica e intelectual.
Cuando Weimar se convirtió en la primera ciudad alemana donde ganó el partido nacional socialista, la subvención de la escuela se redujo a la mitad y Gropius fue obligado a trasladar la Bauhaus, considerada ya en aquel momento un hervidero comunista y subversivo. Ya en 1925 en Dessau habían grandes fabricas donde se construían aviones y maquinas. En estos años la expansión de la ciudad fue muy grande, pero también había escasez de viviendas y faltaba un plan de desarrollo de la ciudad.
Fue gracias a estructuras prefabricadas y extremamente racionales con elementos modulares que se pasó de la artesanía al funcionalismo industrial. Hace realidad el sueño del arquitecto porque por el construir es diseñar los procesos de vida. El uso de los nuevos materiales como el acero y el hormigón armado, la aplicación de las tecnologías asociadas son puntos fundamentales.
Por otro lado los arquitectos no pensaban solamente en la funcionalidad mecánica, pero también psicológica – para ellos las necesidades mentales de la unidad son tan importantes cuanto otras. Descubrieron la gran importancia del espacio bien organizado para la vida del hombre. Gracias a este descubrimiento los arquitectos también se centraron en la planificación de los detalles como, por ejemplo, el uso de los colores adecuados en el interior (pasillos y aulas) para crear un ambiente adaptado para la educación más efectiva.
Otro factor que crea este ambiente es la luz natural – para eso los arquitectos diseñaran el edificio sin ventanas tradicionales, sino con las cortinas de cristal en todas las plantas. Esta solución garantiza acceso de la luz natural a las aulas, y también crea la conexión interior-exterior. Los habitantes de la ciudad caminando por la calle pueden ver el interior de la escuela, y los estudiantes pueden ver el exterior y buscar la inspiración en la vida cotidiana de la ciudad. Gracias a esto la escuela no está aislada de la ciudad como también forma su parte importante.
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